al principio de cada canción
que solíamos cantar juntos.
Quedan restos de mi amor
en todos esos lugares
en los que me imaginaba
caminando de tu mano.
Imaginaba contigo cada detalle de mi vida.
Tú decías que era
porque te echaba de menos,
yo siempre pensé
que fue por quererte de más.
Desde que vi tus ojos oscuros
y esa sonrisa que hacía que dentro de mí
hubiera una pelea de mariposas
que luchaban por salir
sólo por contemplar aquellos labios
aunque fueran sólo dos segundos
-hasta que te dabas cuenta de que sonreías,
y volvías a ponerte serio de nuevo-
supe que no quería ver jamás
otra sonrisa que no fuera aquella
y supe que jamás
ningunos labios me darían tantas ganas de besarlos
como me daban los tuyos.
Que sí,
que quedan restos de mi amor
en cada respiración,
en cada paso,
en cada vacío de mí
que rellenaste de ti.
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